El Metaverso es una nueva realidad que junto con la Blockchain y los tokens van a cambiar nuestra relación con la tecnología y nuestra forma de hacer en la empresa. Sin embargo, esta revolución, la del nuevo Internet, requiere de tiempo, más tiempo del que -a priori- parecía ser necesario tras el anuncio del nacimiento o transformación de Facebook en Meta, y el consiguiente hype que ha creado en el sector. El acceso a un Internet cada vez más inmersivo o realista requiere de avances significativos en el hardware, véase gafas u otros dispositivos que impliquen a todos los sentidos, y de la llegada de la tecnología 6G para minimizar la latencia de los datos en la red y poder diseñar con un nivel más alto de definición, es decir, de realismo.
El factor tiempo va a ser, por tanto, fundamental en la creación orgánica del Metaverso al que aspiramos. No obstante, en la actualidad poseemos los suficientes argumentos conceptuales y tecnológicos como para abordar de lleno el siguiente paso en Internet que es la creación de la Web 3.0 o lo que he denominado: METAWEB. Una web que suma a la actual web 2.0 el acceso a espacios funcionales en el Metaverso, amplificando así la experiencia de usuario y la propuesta de valor de las mismas. Hoy existen webs que son espacios en 3D que actúan en calidad de metaversos pero que no son accesibles a través de gafas de realidad virtual tipo Meta. En este caso cuando hablo del Metaverso lo hago en referencia a espacios de realidad inmersiva creados para ser consumidos con gafas de realidad virtual, pero que a su vez pueden ser accesibles también a través del smartphone, tablet u ordenador.
Metaweb es un concepto que aborda el Metaverso de una manera “simple, ágil y sexy” (‘Think Punk’, Urano 2018).
Simple porque amplia la funcionalidad de la web actual sin necesidad de romper mapas mentales o hábitos en el uso de Internet, ya que no es obligatorio utilizar gafas de realidad virtual para acceder a tu espacio en el Metaverso, ni tan siquiera lo es salir de tu propia web. El futuro pasa por el uso de diferentes gadgets hápticos que van a sustituir a los que utilizamos en la actualidad pero hasta que no se popularice su uso, especialmente el de las gafas, no podemos pensar en ellos como una barrera de entrada, si no más bien como un plus a nuestra disposición para acceder a nuestro espacio virtual más allá de los dispositivos digitales que utilizamos de forma cotidiana.
Ágil en tanto y cuanto solo debemos determinar cuál es la funcionalidad o experiencia inmersiva que queremos incluir en nuestra web y construir el espacio virtual adaptándolo a nuestras necesidades específicas. La idea es no acceder a “el Metaverso”, si no elegir el Metaverso concreto donde vamos a ubicarnos, para crear espacios funcionales y viables; teniendo en cuenta que estamos hablando de una tecnología en constante cambio y a que el concepto general de gobernanza del Metaverso está todavía por definirse. Debemos poner foco de forma consciente en la funcionalidad actual del Metaverso y de forma orgánica ir sumándonos a los avances y nuevas soluciones que puedan surgir. De esta manera, podemos adoptar esta tecnología desde el principio añadiendo valor a nuestra propuesta web más allá de creencias limitantes, apuestas arriesgadas o actos de fe.
Hoy podemos añadir a nuestra web 2.0 un aula virtual en la que demos formación a nuestros equipos o clientes; podemos dar conferencias, celebrar convenciones y eventos corporativos; podemos enseñar nuestro producto a clientes de todas partes del mundo desde un espacio común, donde generar relaciones comerciales; podemos teletrabajar de forma mucho más inmersiva y por tanto más cercana y “humana” que la que obtenemos a través de las diversas aplicaciones de videoconferencia, tipo Zoom, Skype o Teams; celebrar reuniones en entornos increíbles, o tomar cervezas (virtuales) al finalizar el trabajo en el bar de la empresa con compañeros, amigos y clientes, mientras escuchamos música.
Y sexy, porque tener una Web 3.0 es sinónimo de vanguardia, de innovación y de modernidad. Es sinónimo de poseer una narrativa acorde con los tiempos que nos han tocado vivir. No podemos hablar de todo ello en nuestra empresa si la imagen y las herramientas que utilizamos para expresarnos están ancladas en el pasado y no en el presente-futuro. No podemos vivir al margen, ser signo de nuestro tiempo, si no aspiramos a liderar nuestro sector desde la adopción temprana de las nuevas tecnologías.
Mi visión, y en lo que trabajamos en mi agencia es en la creación de webs 3.0 que den acceso a espacios en el Metaverso creados por nosotros de forma exclusiva para nuestros clientes. Espacios en los que se integre la tecnología y el diseño con la arquitectura, la decoración y el arte. Lugares que vayan más allá y podamos incluso “escriturar” en la blockchain, como NFTs, dejando constancia así de la propiedad de los mismos, dotándoles de valor inmobiliario digital como si de espacios construidos en la realidad física se trataran. Esto es algo que hemos testado ya en YOU y que hoy podemos llevar a cabo, si ubicamos nuestras creaciones en Metaversos como Spatial. Igualmente la adquisición o creación de NFTs surge como un nuevo formato que podemos utilizar para decorar espacios con obras de arte y diseño descentralizadas o como una nueva capa de herramientas de marketing y valor añadido para nuestros clientes.
Una web que incluya tecnología metavérsica es una Metaweb, así de sencillo. Estos últimos meses hemos explorado en YOU MEDIA la creación de este nuevo concepto en nuestra propia web 3.0 www.youmedia.es, cuyo menú contiene el acceso a nuestra agencia espejo y a nuestro auditorio de eventos y conferencias. Igualmente lo hemos puesto en práctica en mi web personal www.ecequielbarricart.com desde donde puedes acceder a mi estudio de trabajo, a los espacios anteriormente citados de YOU y a mi tierra experimental Astroverse Land. Todo ello queda a tu disposición para que puedas explorar y experimentar por ti mismo este nuevo soporte que puedes adoptar desde hoy para situarte en la vanguardia de la comunicación de tu empresa o marca personal.
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